Antoni Tapies

Hola lector@s,

hoy me he despertado con una noticia triste, la muerte de Antoni Tàpies. Francamente, apenas conocía su historia, pero al llevar viviendo en Barcelona más de tres añitos, me ha apenado. Han sido numerosas veces las que he pasado por la calle Aragón con Rambla Catalunya y he alzado la vista para contemplar la enmarañada escultura (Núvol i cadira - nube y silla) que gobierna el edificio de su Fundación. 

Núvol i cadira

Antoni Tàpies, hijo de una familia aburguesada catalana, forma parte de los artistas de vanguardia del siglo XX. Su obra ha sido valorada tanto a nivel nacional como a nivel internacional. Marcó huella en el surrealismo y el informalismo. Fue amigo de grandes personajes, como Picasso o Joan Miró. 

Pintó, creó escultura e incluso ensayos. Su obra siempre se ha visto fuertemente influenciada por las caracterísiticas sociales y políticas de la época.

Con lugares como Tokio, Nueva York, Viena, Madrid o Bruselas entre las ciudades que han recogido sus exposiciones, ha conseguido un gran reconocimiento y numerosos premios, además de haber sido nombrado doctor honoris causa por diversas universidades. 

Su Fundación abrió sus puertas en 1990, aunque fue fundada en 1984. Cuida obras del propio artista así como exposiciones temporales de múltiples artistas de diferentes estilos. Está construida en ladrillo y hierro, y fue la primera de estas características.

Con motivo de su fallecimiento, la Fundación permanecerá abierta de manera gratuita durante hoy y mañana para despedirle.

Como anécdota curiosa me gustaría contaros esto: el Ayuntamiento de Barcelona, en 1992, le encargó el proyecto para la decoración del SalaOval del Palacio Nacional de Montjuic. El proyecto que presentó fue una escultura de 18 metros de altura con forma de calcetín, que según él era "un humilde calcetín en cuyo interior se propone la meditación y con el que quiero representar la importancia en el orden cósmico de las cosas pequeñas". Pero dicha idea fue rechazada tanto por la Generalitat como por la sociedad, y no se construyó. A pesar de todo, Antoni Tàpies retomó el proyecto para la terraza de su fundación, aunque en vez de crear una escultura de 18 metros, se construyó una versión reducida, de 2,75 metros. 

Una persona firma el libro de condolencias de la Fundación.
Foto de Joan Sánchez. (ccaa.elpais.com)

Creo que me pasaré por allí mañana, a disfrutar un poquito del arte y pensar en si un personaje de tal envergadura nace, o se hace. Porque si se hace, ojalá mis escritos queden en la memoria de una milésima parte de las personas que conservan en su recuerdo a este hombre.

Forma negra sobre cuadrado gris
(El muro es el alter ego del artista, con el que queda identificado por su apellido)
http://www.fundaciotapies.org/site/spip.php?article698